La memoria de los militantes nos obliga a una tarea urgente y específica de recuperación y registro por parte de nuestra organización Frente Amplio. Esta actividad realizada permanentemente permitirá preparar una historia de la organización, observada, sentida y vivida desde la base, mayoritariamente desconocida para los aparatos.
El lento ácido del olvido va sumergiendo en la oscuridad y la carcoma a los anónimos protagonistas de siempre, de todos los días, a los padres de familia que como en este caso al comprometer su vida por el cambio social, progresista, comprometen también la del grupo más íntimo. No deberíamos por tanto olvidar la enumeración detallada de los nombres y vidas de la totalidad de los militantes que integran el Panteón de los frenteamplistas.
Construida la memoria como objeto permanente, nos lleva intuitivamente al campo del nomenclátor, donde contados hombres reciben el favor de las letras de molde. Existe la alternativa popular para nombrar lugares, calles, plazas, Comités, edificios, independientemente del favor oficial, como es el caso de la plaza Raúl Sendic en La Teja, en sustitución de Lafone, perteneciente a otra visión de la gesta histórica, y que permiten hacer «justicia» a la medida de vecinos y simpatizantes, con el recuerdo del compañero ausente.
Siempre habrá tiempo y excusas para el olvido de toda la legión de ciudadanos que creyeron y lucharon por el cambio social y político, por el socialismo y la libertad, desde los albores del siglo XX, pasando por la fundación del FA, hasta el reciente 2004. Pero nuestra tarea ineludible, ya que el olvido hace un trabajo implacable, como activistas sociales, es recordar y mantener en la conciencia, que la materia prima de los cambios propuestos siempre seremos nosotros mismos, y nuestros compañeros y amigos, y que como tal se trata de una sustancia lábil, expuesta a los rigores de la
vida política y a los vaivenes del ánimo y de las convicciones.
Y que esa materia frágil incluye el recuerdo y la memoria activa de quienes nos precedieron con tezón y sin fatiga, en la tarea de realizar las ideas y planes verdaderamente revolucionarios, en la esfera social y económica, puestos en práctica durante el primer gobierno del FA.
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