Comite Allende-Cavani

Justicia y Nueva Palmira - Barrio La comercial - Montevideo - Uruguay

Horario: Lunes, Miercoles y Viernes de 19 hs. en adelante.
Miércoles: 19 horas reunión del Plenario de Adherentes.

jueves, 14 de octubre de 2010

DEL MPP AL FA / Aporte—Autocrítica

DEL MPP AL FA

Punto para comenzar la discusión hacia un documento que debe surgir de todo el Frente Amplio

Del Frente Amplio y de sus miembros

Capitulo 1

Articulo1, definición: Febrero

El Frente Amplio, fuerza política de cambio y justicia social, creación histórica permanente del pueblo uruguayo, de concepción nacional, progresista, democrática, popular, antioligárquica y antiimperialista, se integra por todos aquellos sectores políticos y ciudadanos que adhiere a los principios y objetivos establecidos en la declaración establecida el 5 de Febrero de 1971, en las bases programáticas y el acuerdo político, que se comprometen al mantenimiento y defensa de la unidad, al respeto recíproco de la pluralidad ideológica y al acatamiento de las resoluciones tomadas por los organismos pertinentes, según estipulado en el presente estatuto. Y el mismo está abierto a la incorporación de otras organizaciones políticas y de los ciudadanos que comparten su misma concepción.

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El resultado electoral de Mayo, renovó la discusión y los planteos autocríticos ya recogidos en el último congreso del FA, que sin embargo quedó como un simple enunciado documental. Cuando se produce una crisis en una organización política, surgen los espíritus transformadores que pretenden cambiar todo y la discusión se polariza. Los que no quieren cambiar nada, que normalmente se sienten cómodos en lo existente, defienden el statu quo. Hoy el Frente está necesitando una profunda discusión ideológica, al nivel que la tuvo cuando se firmó el acuerdo fundacional. Debemos respondernos ¿Qué es ser de izquierda hoy? ¿Qué significa dar pasos hacia la izquierda? Esta necesidad no surge como consecuencia del resultado de las elecciones municipales, ya lo necesitábamos de antes, y es una discusión de fondo. Ha cambiado el mundo, ha cambiado el país, ha cambiado el sistema político, antes éramos minoría ahora somos mayoría. Todo eso amerita una actualización del debate, se necesita un proceso de maduración e intercambio de ideas profundo, que tenga como culminación de todo ese proceso el Congreso del Frente Amplio.

Lo que hoy no funciona es la relación entre la dirección del FA y el pueblo frenteamplista, este último, no tiene expresión. La participación horizontal fue una novedad, a diferencia de los partidos tradicionales en los que decidían las cúpulas. La definición de los candidatos departamentales por las cúpulas políticas, es un método histórico de los partidos tradicionales, y actualmente ha sucedido en el FA (donde nosotros somos parte) que la decisión de candidatos se hizo en medio de una lucha muy dura entre sectores y decidiendo la dirigencia. El pueblo frentista estuvo ausente.

¿Es necesaria la democratización del FA? ¿Pasa por un cambio de estructura? ¿Pasa por un problema de concepción? Pasa por un problema de línea, eliminar las “cocinas”, el chacrismo, lograr apertura. Si no se hace surgirán grupos y grupitos. Hoy, ¿porqué hay tantos grupos? Debemos preguntarnos ¿son motivos ideológicos, o son chacritas? ¿Porqué sucede esto si el FA tiene sobrados organismos democráticos que garantizan la participación? Es necesaria una conducción del FA que fortalezca la unidad, la lucha política electoral nos ha conducido a reaccionar desde los sectores, y no desde el FA como un todo. Al mismo tiempo, los Comités de Base, que eran gérmenes de movilización, hoy no son tales. Se quedaron sin las tareas motivantes que tuvieron en su origen. Este vaciamiento de las estructuras democráticas del FA ¿son causa de la estructura?

Otro aspecto derivado de la situación actual es una estructura central del FA altamente burocratizada, muy encerrada en Colonia y Ejido y aferrada a cargos centrales, sin ninguna renovación en el desempeño de las funciones centrales; los Comités de Base están mantenidos por un pequeño número de compañeros que van a todas, y existe un número grande de frentistas que no van a las reuniones ni a las actividades políticas.

En el primer gobierno del FA hubo un gabinete con todos los dirigentes históricos, y el Frente fue sustituido por el gobierno. La organización política perdió protagonismo convirtiéndose en una estructura inocua y debilitada, como consecuencia de haber conformado un gobierno para tener un fuerte liderazgo interno y externo. Tanto para rever o mantener el Acuerdo político original, debe buscarse un clima colectivo de movilización, en el que haya ideas y discusiones, ésta es la vitalidad que perdió el FA. Es fundamental recuperar un estado de energía participativa, de construir el clima de trabajo voluntario (hacia adentro y hacia fuera del Frente). Debe haber un lugar para la expresión de todo aquel que quiera hacerlo. Se necesita estímulo para los Comités y las Redes, que no son otra cosa que nuevas formas de expresión.

En términos estratégicos, está dañada la base social que le dio sustento al fenómeno del FA: la clase media, comerciantes, profesionales, productores, trabajadores, intelectuales, no sienten que el gobierno actual los represente. En el proceso de gobierno se perdieron aliados sociales que habíamos ganado en la oposición con la “concertación para el crecimiento”, que había sido una ruptura de la política hegemónica de los conservadores (controlada por los sectores oligárquicos) para sumar fuerzas en la dirección de los cambios, significando un riesgo estratégico a mediano y largo plazo. Recordemos que la Concertación para el Crecimiento surge en la crisis de 2002 como expresión de un vasto frente de clases, frente que encontró en el Encuentro Progresista su expresión política.

En términos generales hemos gobernado más “para la gente” que “con la gente”.

Hicimos paquetes de leyes importantísimas, como por ejemplo 38 leyes laborales excelentes, pero los beneficiados por las mismas no sienten lealtad hacia ellas, por más que muchas fueron “revolucionarias” en materia de interés de clase. La derecha convenció a la gente de que paga más impuestos y nosotros no pudimos convencer a la mayoría de que la reforma tributaria es re distributiva El gobierno conducido por el Programa del FA realizó una gran cantidad de cambios que la sociedad uruguaya no pudo asimilar ni sentir como propios. Es difícil sistematizarlas, o expresarlas como un conjunto, porque en realidad fueron muchos cambios que fueron iniciativas de todos los Ministerios y no iniciativas desde un centro político global con una sola estrategia.

La bonanza económica derivada de la nueva política global no tuvo una capitalización política, y por el contrario, quienes tuvieron acceso a mayor bienestar tendieron a defender sus nuevos logros, en una actitud de desconfianza de los nuevos beneficiarios.

Legítimamente nos podríamos preguntar si la conducción económica del país, con los logros obtenidos, nos condujo a una acumulación política para la transformación progresista de la sociedad. Hemos gestionado sin hablar de política, y en los hechos hicimos mucha gestión pero poca política desde el gobierno y poca política desde el Frente Amplio. Gobierno y acumulación política son dos conceptos diferentes.

En el gobierno es esencial la capacidad de gestión. En el Gobierno de Montevideo, la conducta política de ADEOM hizo aflorar problemas de gestión que existían, ADEOM no fue la causa de los mismos. Se puede analizar si faltaron obras concretas realizadas, pero lo esencial es que faltó política de acumulación desde el gobierno, aun con las obras realizadas.

El resultado de las elecciones municipales puede tomarse como un tirón de orejas, pero en todo caso no es bueno padecerlo, y la respuesta debe ser un mensaje fuerte, vibrante, y no de aceptación pasiva de los hechos como si no hubiera pasado nada.

Hay que tener claro que al FA también le puede pasar de ser un partido tradicional grande, como el PRI mexicano, siendo sÓlo su objetivo los cargos de gobierno, en vez de lograr los cargos de gobierno para el cambio.

Ganamos las elecciones pero no tenemos el poder, el poder en los medios de comunicación, de los formadores de opinión, sigue en manos de los sectores hegemónicos en nuestra sociedad. El asunto de fondo es bastante más profundo que sólo ganar las elecciones. Además, en espacios que podríamos haber desarrollado formas nuevas de comunicación, no lo hicimos ni lo tratamos como importante.

De las Elecciones Nacionales

Más que los resultados numéricos, hay un malestar entre nosotros por no haber alcanzado lo que lo imaginábamos fácil de lograr. Este malestar o descontento es inocultable, y aún hoy no podemos entender cómo habiendo tenido un gobierno tan bueno, la gente “no lo entendió” como para apoyarlo. Haber tenido un buen gobierno no equivale a ganar las elecciones automáticamente. Para lograr la confianza de seguir gobernando es necesario haber tenido un buen desempeño, pero ello no conduce automáticamente al triunfo. Son dos acontecimientos diferentes.

Hoy hay hechos políticos nuevos. Los blancos y colorados se están uniendo para frenar los cambios, y el FA paró de crecer por primera vez desde su creación.

De las Elecciones Departamentales

Las Elecciones Departamentales deben verse como 19 batallas electorales distintas. No obstante ello, hay que tener cuidado con el fenómeno de pérdida de fidelidad frenteamplista por parte de gente “firme”, que no pensábamos que iban a cambiar su voto.. Si este Gobierno frenteamplista en las 8 Intendencias, hubiese sido hecho por cualquiera de los dos partidos tradicionales, hubiesen ganado las elecciones cómodamente, por amplio margen.

¿Cuáles son las razones, entonces, que a unos le hubiese dado la victoria y a otros la derrota?

Más allá del programa de gobierno (porque nuestros adversarios nos ganaron sin tener programa de gobierno), evidentemente nuestro pueblo puso en la balanza otras cosas. Otras cosas que le hicieron, incluso, abandonar sus banderas partidarias para juntarse contra el FA.

Hay que reconocer que desde hace algunas décadas, blancos y colorados no tienen muchas diferencias.

El corrimiento de los sectores progresistas de los partidos tradicionales hacia el FA, ha facilitado la tarea de unificación desde la derecha de los mismos. No es casual que desde las internas vienen triunfando las figuras que expresan lo más rancio de la oligarquía uruguaya. Con el pasado más obscuro en la vida política nacional.

Este es uno de los hechos que tiene suma importancia, otra vez se instala el bipartidismo en nuestro país. Muy anunciado por nosotros, pero que no nos tuvimos en cuenta a nosotros mismos en la práctica. Aún así, con esto no alcanza para ganarle al FA. Solo el bipartidismo no explica la derrota. Porque en las elecciones nacionales, en esas intendencias el FA ganó en el balotaje, en un balotaje en que el representante del FA no dejaba dudas de expresar a la izquierda. O sea, no hay razones ideológicas para la derrota de mayo, hay razones propias del Gobierno del FA. Nuestro pueblo espera de la izquierda y exige, lo que jamás esperaría y exigiría a blancos y colorados. No les pediría ni exigiría honestidad, humildad, espíritu de sacrificio, entrega, austeridad. Por la sencilla razón de que en los últimos 50, 60 años, nunca lo prometieron, nunca lo practicaron, nunca fueron elementos de importancia para calificar a sus dirigentes.

Pero la izquierda sí ha hecho de esos valores su emblema, porque lo prometió y no sólo eso, lo practicó. Dejó en su historia mucha gente que entregó su vida entera por los más humildes sin pedir ni querer nada para sí. Fue capaz de soportar cárcel, exilio, desaparecidos, torturas y muertes de las formas más crueles. Esa es la imagen que después de muchos años de lucha se hizo el pueblo de nosotros. Y es así que nos quiere y respeta. ¿Supimos los frenteamplistas estar a la altura de esa historia en el terreno de los valores?

La campaña de mayo

En el análisis caso a caso, nos encontramos con que tuvimos candidatos buenos y malos. Hubo candidatos presentados con poco tiempo, sin la posibilidad de “construir” el candidato. Muchas veces las candidaturas múltiples lo fueron en competencia y no en unidad, con fuertes componentes sectoriales. Tanto las candidaturas múltiples como las únicas, si no surgen como expresión de la unidad interna son expresión de la dispersión .tendríamos que ver si no nos está pasando algo de esto.

La forma de aplicar la descentralización fue negativa. La ciudadanía se vio obligada a votar algo sin preparación, que no entendía. En definitiva, los ciudadanos no se apropiaron de la descentralización, que además es para mejorar la participación.

Es un grave error ir a una puja electoral sin comando de campaña y sin estrategia, primando las estructuras partidarias. Esta fue la realidad en todo el país. No hubo Comando Estratégico y no hubo Dirección Política. El voto en blanco es una señal de disconformidad frentista.

Para reflexionar

Todos estos asuntos deben ser analizados y discutidos, pero es esencial encauzar un proceso de cambio sin destruirnos. Para ello debemos tener una agenda de cambios: ¿cuál es? ¿cómo reestablecer la credibilidad en un proyecto colectivo?

Hay que retomar la formación del militante. Sin formación no hay nivel político, no hay respuestas a las nuevas situaciones, no hay confianza en los equipos.

El surgimiento de una derecha agiornada, tan o más de derecha que la que conocíamos, con un discurso populista, con acción de masas, con militancia joven, (ya no es “Palo y Palo”), una derecha más homogénea con pensamiento estratégico que no debemos tomar a la ligera, ni subestimar.

COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL MPP

Junio de 2010

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