Mi relación con el Comité Allende Cavani se funda en mi Frenteamplismo de siempre y en la amistad con Daymán, a quién veo frecuentemente, y también con Coco y Edit, a quienes no veo pero conozco y quiero desde hace casi cuarenta años. Es Daymán el que me pide alguna opinión sobre el plan 2010 – 2015 que se discutió en esa zona. Amparado relativamente en una experiencia de hace 20 años, desde el llamado ahora primer intento descentralizador o, de modo más optimista “segunda etapa”, puedo atreverme, no sin reservas, a hacer algunos breves comentarios sobre aspectos del plan que aparece en la página del comité. Lo primero que me llamó la atención fue el orden de los temas. En mi opinión habría que invertirlo: el último punto pasarlo a primero. Resulta bastante obvio que si se llama a los vecinos a participar en el gobierno municipal se lo haga en lo que refiere concretamente a los denominados “Servicios básicos municipales”. No me parece para nada convocante —por ahora al menos— el llamado a una asamblea barrial para discutir la tolerancia frente a la diversidad o la mejor política de turismo, en una ciudad jaqueada por la basura, la carencia de alumbrado, el desastre vial y el abandono de los espacios públicos. Las primeras comisiones de vecinos que funcionaron hace veinte años fueron, precisamente, la de limpieza, alumbrado y vialidad. Y tenían como atribución, luego de determinadas las prioridades de acuerdo a recursos presupuestales, el control del cumplimiento de las decisiones. El documento sugiere, o me sugiere a mí, que estos problemas están resueltos y que hay que dar nuevos pasos. Si así fuera, el orden que establece el plan: “Desarrollo territorial y habitab”, “Vivir en diversidad” y “Desarrollo cultural, turístico y económico”, a pesar de su dudosa incumbencia municipal, se correspondería con un más que dudoso interés o necesidad de los vecinos. Como salta a la vista, el fracaso en el cumplimiento de esos servicios básicos ha sido estrepitoso. Entonces lo que debería figurar al principio de cualquier documento que llame a la participación es este punto, no para volver a discutir por centésima vez la planificación de los servicios sino para evaluar el desastre administrativo, rendir cuentas del fracaso y comprometerse con metas precisas a superar la crisis. Esto supone una autocrítica de la etapa anterior, evaluación autocrítica que por lo visto la administración no está dispuesta a hacer. En segundo lugar del plan ubicaría el tema “Participación ciudadana”, que figura penúltimo. Nosotros deberíamos aceptar que los procesos participativos de descentralización se promueven desde una cultura —la nuestra— autoritaria y de un estado centralizador —el nuestro—. Esto ha creado hábitos, valores, comportamientos, que será preciso modificar. Deberíamos haber aprendido que no es suficiente “llamar” a la participación ni alcanza con la “voluntad política” de transferir el poder.Aquella vieja consigna de alguna izquierda: “todo el poder a las bases”, se ha revelado como inviable y hasta demagógica. El resultado es que a la convocatoria acuden los vecinos con una abrumadora cantidad de demandas particulares: el árbol de la puerta de mi casa, el basural de la esquina, etc. El salto de la mirada de corto horizonte hacia la consideración global de prioridades que trasciendan mi territorio es un proceso educativo y gradual en el que lo local puede constituirse en un espacio adecuado al desarrollo popular, porque “admite y alienta procesos autogestionarios en la perspectiva de una democracia directa” (Doc. 6 del FA. 1990) Gradual, formativo, informativo. Las viejas y tan necesarias —todavía— modalidades de participación, se continuarán vaciando si no encontramos modalidades de comunicación complementarias, como las de este boletín.Espero no haber abusado del espacio y les mando un fraterno saludo.
Julio Listre
*Columnista invitado Propaganda:
Julio Listre es Psicólogo Social y participó durante el gobierno de la Intendencia del Dr. Vázquez en el proceso de descentralización en La Teja, en carácter de militante, Concejal y presidente del mismo. De dicho período queda como reflexión autocrítica un valioso trabajo, publicado hace unos 10 años, del propio Julio, publicado con el nombre "Descentralización y Participación", que está publicado en este blog y cuya discusión promovemos en el Comité. Este inigualable texto, abundante en conceptos esclarecedores sobre la relaciones conflictivas entre todos los actores en el proceso democratizador de la descentralización comenzada 20 años atrás.