Comite Allende-Cavani

Justicia y Nueva Palmira - Barrio La comercial - Montevideo - Uruguay

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Miércoles: 19 horas reunión del Plenario de Adherentes.

jueves, 14 de octubre de 2010

CORRIENTE DE UNIDAD FRENTEAMPLISTA / Aporte—Autocrítica

CORRIENTE DE UNIDAD FRENTEAMPLISTA

Aporte para un debate largamente postergado

Es un desafío propuesto por determinadas circunstancias que aún no hemos clasificado como factores de incidencia para el análisis que pretendemos.

El modo de encararlo requiere de una predisposición a buscar en nuestros pronunciamientos, el asidero necesario para definir un diagnóstico básico, desde el cual se impulse un debate desprovisto de prejuicios particulares y circunscripto a la responsable consideración de un problema que nos involucra a todos.

Documentos presentados por varios compañeros y diversos sectores, de cuyas opiniones hallamos en gran medida coincidencias, abren favorables expectativas, sin que obste manifestar la preocupación del momento en que se realiza, atento a la instalación de los futuros gobiernos departamentales y municipales.

De cualquier manera nada es ajeno al mejor resultado buscado, fruto que podrá verse en las conclusiones a que arribemos.

Analizar en función de resultado electorales es erróneo; limita la percepción y conduce a simplificaciones tales que:

  • con un poco más de preparación organizativa, pudimos mejorar la performance;
  • de no mediar la tirantez previa a las elecciones internas, hubiera sido más comprometida la actuación militante y distinta la posición que hubiéramos ocupado en esa instancia;
  • las campañas fueron flojas y no se contó con la debida información
  • la recuperación hacia Octubre obedeció exclusivamente al impulso de las Redes;
  • con otro candidato pudimos haber ganado en primera vuelta, (ignorando su capacidad de convocar a la militancia);
  • lo hicimos en el balotaje gracias a las burradas del candidato del Partido Nacional, etc. etc.

Tampoco debe instalarse como verdad absoluta que la abstención en Montevideo, obedezca a la disconformidad por la no proyección de determinado compañero a la candidatura de la Intendencia.

Tal vez deberíamos preguntarnos cuanto de desprestigio por acción, inacción u omisión se ha acumulado, afectando la credibilidad del Frente Amplio ante la ciudadanía, situación que empezara a manifestarse antes de cumplirse los 2 años de nuestro primer gobierno nacional. Y cabe aclarar: por acción ante el ataque de nuestros adversarios, inacción por dudas triviales originadas en ausencia de debate; omisión en la defensa contundente y pública de nuestro gobierno.

El diagnóstico debe medir cada una de las actuaciones que hicieron posible los avances y retrocesos de acuerdo al impulso de las propuestas nacidas orgánicamente; a su negación o distorsión al momento de ejecutarlas.

Debe contener el reconocimiento de la participación militante en la búsqueda de los objetivos definidos a partir de las resoluciones que se adoptan, sin caer en subestimación ni en menosprecio relacionados a su desempeño y/o alcance por la calidad de los instrumentos empleados, quitándole mérito para otorgárselo a la trascendencia individual cuando se gana, incurriendo en la desvalorización absoluta cuando se pierde.

No quiere decir que debamos tener contemplaciones con la existencia vegetativa e indolente encubierta en alguna forma de funcionamiento orgánico.

En tal sentido nada más ilustrativo que lo establecido en el documento elaborado por el Segundo Encuentro de Comités de Base realizado en Julio de 2006, poco antes de realizarse las elecciones internas del Frente Amplio y 20 años después de que ocurriera el primero de tales eventos.

En esa ocasión y luego de superar varias crisis, el Movimiento logró representatividad y poder de decisión en igual porcentaje que la Coalición ante los ámbitos de dirección política. Mientras sus organismos funcionaron con la frecuencia prevista estatutariamente, permitieron la incorporación de aportes programáticos y el involucramiento en el control de la gestión política, tanto del Frente Amplio como de sus gobiernos.

Aún no contando con un seguimiento permanente y responsable de resultados, posibilitó elevar la calidad de la propuesta y actuar oportunamente, sobre las controversias que pudieran provocarse en la aplicación de las decisiones o por desviación de los principios rectores de conducta que se ha dado el Frente Amplio.

De Asesoras y Accesorios. Dirección Política.

El Frente Amplio se constituyó a partir de un compromiso político, declaración de principios y programa único, particularidades que lo definieron como fuerza transformadora en el relacionamiento entre Estado y Sociedad. Para el sostenimiento de ello, se comprometió a desarrollar la acción política permanente y estableció en sus estatutos, normas de comportamiento y convivencia, tanto de carácter disciplinario como ético, en la actuación representativa de la fuerza política.

Hacia el cumplimiento de tales fines, conformó organismos de actuación y supervisores de la acción desconcentrada; de atención y apoyo a su funcionamiento; de trabajo y asesoramiento para el mejor desempeño de la fuerza política.

Comités, Coordinadoras, Departamentales como dirección en determinadas circunscripciones territoriales; Comisiones Centrales y Delegadas para darse organización, Comisiones Temáticas subsidiarias de la Comisión de Programa, Comisiones especializadas en temas de particular dedicación, jurídico electoral, de defensa nacional; de conducta y ética política, derechos humanos, etc.

Pero también, como forma de controlar el grado de relacionamiento, inclusión y coordinación con los vecinos de cualquier pelo para el impulso del proyecto político, según el lugar y de acuerdo a los roles atribuidos en el espacio territorial correspondiente, se crearon las figuras de agrupaciones de gobierno: nacional, departamental y local de cuyo funcionamiento y avances, poco y nada se conoce públicamente.

Así que en materia de previsión de acuerdo a las exigencias, fue contemplada toda la gama de actuación política y en materia de contención a los desbordes del poder circunstancial, se encargó al Estatuto con las naturales precauciones como la de agotar los consensos cuando no fuera posible concitar unanimidades.

Los organismos de dirección permanente, han sido los encargados de conjugar la voluntad política por lo menos de las mayorías necesarias para definir el curso de las decisiones. El Frente Amplio no busca un fin en si mismo; ha sido concebido como el instrumento ideal para alcanzar los objetivos que definimos hace casi cuarenta años. Ahora, cuando se deteriora por descuido, inercia o negligencia y pierde capacidad de acción, no culpemos a la entelequia sino a los responsables de ese funcionamiento; no hagamos toqueteos del estatuto o de la constitución, cada vez que las cosas no resultan como esperamos.

No pretendamos seguir obteniendo leche calificada de una ubre casi reseca de tanto ordeñarla, sin darle al proveedor los nutrientes necesarios para que siga produciéndola.

Creamos un día el Secretariado Ejecutivo para lograr eficacia en las resoluciones de la Mesa Política (siendo esta un órgano ejecutivo) que creció en integrantes, debido al resultado de las elecciones internas de 2006 y luego de ser incluidos los sectores recién ingresados por la Nueva Mayoría, que dicho al pasar, recibieron en la oportunidad, el beneficio de que se hicieran a padrón abierto y adhesión simultánea; esa creación que magnifica el entusiasmo por la eventual concurrencia, sin asegurar la adhesión permanente del votante.

Volviendo a lo anterior: la conformación del Secretariado demanda la participación sectorial con representación en el Senado (independientemente si el titular dispone del tiempo necesario para ocuparse o si delega la actuación en un compañero del sector) condición no prevista en el Estatuto pero instaurada como exigencia para integrar cargos de confianza en el gobierno; mientras el representante de las base surge de la designación por su ámbito, producto de las elecciones internas señaladas.

La Mesa Política tiene el cometido de ejecutar las resoluciones del Plenario Nacional que es máxima autoridad permanente entre Congreso y Congreso y cuyas competencias van desde supervisar la actuación de aquella, pasando por hacer cumplir las decisiones de los congresos, hasta realizar las reformas estatutarias que correspondan.

Hubo una época en que su funcionamiento tenía frecuencia de cada 2 meses. Ahora ¿Quién tiene hoy, la responsabilidad de convocarlo y fijarle el orden del día? Una incógnita a develar.

Durante el pasado período de gobierno sobre temas de gestión y programa, solo se pronunció en Inserción e Integración Regional, Relacionamiento Fuerza Política Gobierno (de la fuerza política) en laudar sobre temas inconclusos, pendientes desde el Congreso “Héctor Rodríguez” y de darle nueva conformación al Tribunal de Conducta Ética y Política, más allá de cumplir las formales convocatorias e instalación de los congresos. Muy poco, atento a la significación de ejercer por primera vez el gobierno del país, por parte de nuestro Frente Amplio.

Las consecuencias de esa apatía institucional, se marcaron en el desarrollo del 5º Congreso Ordinario “Cro. Gral Liber Seregni” en el que el tema de la elección de Presidente y Vicepresidente se llevó la atención principal, aunque sin adoptar resolución, fue diferido en 4º intermedio por más de cuatro meses, distrayendo de un tema “Balance y Perspectivas” en el cual se analizaba el comportamiento de la fuerza política, destacando los rasgos positivos pero también señalando lo deficitario, entre ello la escasa importancia política y por ende la infrecuente convocatoria que se le diera al funcionamiento del Plenario Nacional.

Pero tampoco lo anterior fue resuelto en Clave de FA; porque transcurridos 6 años de recuperada la figura del Vice, tras 12 años de la renuncia del Cro. J.J. Crottogini al cargo, se provocaría similar frustración a la malograda distinción que se pretendió otorgarle al Cro. Gral. Víctor Licandro en 1996, al que se le mezquinaron menos de 100 votos para que fuera proclamado.

Se llegaría al levantamiento del 4º intermedio sin posibilidades de acordar una salida, exponiendo sin sentido nombres de valiosos compañeros y peor, estrujando el tiempo necesario para el debate relacionado con los lineamientos políticos programáticos, apremiado por la fijación en el mismo año del 5º Congreso Extraordinario Cro. Zelmar Michelini, tendiente a proponer la fórmula presidencial a la Convención Nacional y definir la Plataforma Electoral hacia la campaña del 2009.

Recién en esta instancia, pudo llegarse a una profundización en la consideración programática, reconsiderar definiciones estratégicas con mayor claridad para no hacer lugar a interpretaciones caprichosas y abrir opciones de precandidatos, que contemplaran las distintas posiciones frenteamplistas que se expresaban en el Congreso.

También aquí se deslizaron declaraciones sobre presuntas conspiraciones contra algún compañero para evitar su proclamación, lo cual tuvo desde algunos medios periodísticos, su principal caja de resonancia.

No se puede detallar minuciosamente en un solo documento y menos comentar de todo aquello que dio lugar a encontrarnos otra vez en la cruz de caminos, como tantas veces buscando reordenar las filas y definir la táctica adecuada para salir de las crisis, provocadas por los sacudones de los hechos consumados que surgen más por reacción que por acción.

Desde cuestiones presentadas por afectación de los derechos sectoriales o intentos de adecuación estratégica a la peculiar definición política; por efectos de renuncias al ejercicio de la dirección de la fuerza política, legítimamente fundamentadas pero desmesuradas para la correcta administración de sus repercusiones entre los frenteamplistas inorgánicos que generalmente, tienden a capturar para repudiar, la imagen del victimario orgánico.

Los liderazgos se construyen y las responsabilidades se comparten.

A partir de la evolución en su capacidad de comunicación, por la que tanto el militante como el anónimo simpatizante se encuentran interpretados en sus ideas y sentimientos, comienzan a definirse los liderazgos, desde lo cual se reconocerá la capacidad más importante: dirigir y representarnos a todos.

Cualquier compañero dedicado al fortalecimiento de la común fuerza política desde su lugar de militancia, merece nuestro reconocimiento y por su capacidad, ser considerado legítimo aspirante a la promoción para cargos de mayor responsabilidad.

Pero debe también pasar por la exigencia orgánica de comprometerse con ella a rendirle cuentas de su actuación y de continuar cumpliendo con sus deberes militantes, entre los que tiene principal significación el mantenimiento del contacto con la masa frenteamplista y el entramado social que esta atiende, porque si nos acostumbramos a no hacerlo, estaríamos perdiendo la esencia de nuestros fundamentos constitutivos.

Hay quienes han optado por evolucionar detrás de la figura de algún destacado compañero, admitiendo solo su liderazgo e ignorando la construcción colectiva frenteamplista en lo que esta dispone en su programa; en el compromiso político y ético, entendiendo que la confianza del cargo que ocupa, se la debe a quien lo instaló en el mismo.

Resumiendo

Tal como fuera anticipado en el inicio de este documento, se intenta aportar elementos de consideración para el diagnóstico y ubicación de los factores que nos han puesto en el actual dilema, reflejados en la evidencia de:

  • una capacidad estructural ociosa que inhibe al desarrollo del conocimiento colectivo y su transferencia generacional;
  • la amañada y circunstancial interpretación .que se hace de los roles de la fuerza política con sus gobiernos, en relación a las velocidades que cada uno debe desarrollar al momento de resolver, evitando de esa forma el pronunciamiento de aquella, sobre temas estratégicos en la conducción política del gobierno;
  • el desestímulo militante y con ello la pérdida de contacto con la gente, sustituyendo el interés en las propuestas orgánicas que promueven la participación por la espectacularidad que ofrecen los medios con el cruzamiento de contradictorias opiniones políticas entre dirigentes;
  • la inercia como método que se impone en materia de controles de actuación y capacidad de comunicación, ambientando la ambigüedad y permitiendo que se confunda la libertad responsable que cada frenteamplista tiene derecho a ejercer, con el libre albedrío personal que practica el individuo en el desarrollo de su vida particular;
  • la falta de actualización estratégica de acuerdo a los avances constatados desde 2004 que debieron ser analizados y debatidos desde la realidad local para desarrollar los lineamientos de acción política a nivel nacional y no limitarse a conmemoraciones triunfalistas en cada año;
  • una deficitaria conducción por parte de la dirección política, incapaz de generar entusiasmos y convocar a la movilización, más preocupada por la aplicación del reglamento en la contención de las expresiones minoritarias que atender el valor de sus propuestas constructivas (democracia tutelada);
  • en similar consideración, una modalidad excluyente surgida desde la jerarquización del caudal electoral que cada agrupamiento logra en las distintas instancias, repercutiendo en la distribución material de beneficios, retaceada al que menos tiene y sin la comprensión de que por ello, debe redoblar esfuerzos para servir dignamente a la causa de todos, el Frente Amplio.

Algunas reflexiones adicionales: De acuerdo a lo señalado, aún las limitaciones en la enunciación de factores e imaginando inexactitudes de apreciación que todo punto de vista contiene,

  • si gran parte de ello se comparte y se está dispuesto a hacer una revisión de nuestros principales pronunciamientos;
  • si estamos en idéntica sintonía de que la estructura sobreviniente ha sido formulada con criterio de funcionalidad al servicio del proyecto político y no para el aprovechamiento particular;
  • si se reconoce que hemos perdido las referencias hacia las cuales dirigirnos cuando pretendemos convocar a la participación;
  • si estamos de acuerdo en que no se ha dado cumplimiento a casi nada de las resoluciones del 5º Congreso Ordinario “Cro. Gral Liber Seregni” relacionadas con el documento Balance y Perspectivas ni tenido en cuenta las recomendaciones surgidas del Segundo Encuentro de Comités de Base realizado en Julio de 2006;
  • si se acepta que hubo descuido en los controles políticos para corregir oportunamente factores desestimulantes a la acumulación de adhesiones hacia el Frente Amplio, incluyendo los titubeos sobre el apoyo de iniciativas populares que filosóficamente forman parte de nuestros pronunciamientos fundamentales y a cuya instrumentación, no le fueron comprometidos los recursos que permitieran fortalecerlas.

Entonces ¡sí! estaremos en condiciones de darnos el debate necesario, profundo y responsable, para encontrar el rumbo cierto que ponga al Frente Amplio nuevamente a la vanguardia de la esperanza de la gente; recuperando su credibilidad y evitando exponerlo a paralizantes contenciones emocionales que devienen de triunfos o derrotas eventuales, (circunstancias normales en un sistema electoral de partidos)

Lo inadmisible y frustrante, sería el retroceso del proyecto político.

A la realidad debe atendérsele tal cual es y en su total dimensión.

En tema de recuperación de mística y dinámica política, nos exige darle participación a quienes sustentan aportes valiosos y necesitan de vehículos para promoverlos.

Sin caer en la novelería de la reformulación antes de haber definido que mecanismos están agotados y deben ser modificados, nos cabe responsabilidad de canalizar orgánicamente las opiniones que se emiten rápidamente por la facilitación de medios digitales.

Y tiene que hacerse venciendo prejuicios de carácter formal, o temores por desplazamiento en espacios de actuación, así como por la sustitución de instrumentos al adoptar otros más actualizados.

Desde las Redes Frenteamplistas se expresan personas independientes, integrantes grupales orgánicos e inorgánicos, pero también quienes aprovechan la repercusión de esas manifestaciones para incluir su opinión personal como representativa de una porción del pueblo frenteamplista.

Entre otras, el reclamo de utilizar la democracia directa para elección de candidatos comunes. Ello nos lleva a actuar con las necesarias precauciones.

Y dado que la responsabilidad política, jerárquicamente superior en el funcionamiento orgánico, debe asumirse en los ámbitos de dirección previstos estatutariamente, habrá que realizar previamente un certero y correcto análisis de la situación a incorporar; sin descuidar la obligación ineludible que significa encontrarle solución a los temas pendientes, emergentes de los pronunciamientos orgánicos.

Entre los cuales a priorizar, están la reorganización y las definiciones estratégicas, adecuadas para una fuerza política que pretende desarrollar la acción política permanente.

Recuperar, compartir y transferir conocimiento que estimule el debate y alimente la actitud crítica, debe ser una premisa fundamental.

Es incomprensible la capacidad que tenemos de desvalorizar tiempo y descartar ideas que sustentaron determinados proyectos políticos, al momento que estos adquieren rango institucional. Como que nos desentendiéramos de la responsabilidad política que nos obliga a hacerlo realidad; y a participar en las correcciones que en el proceso de instrumentación deban hacerse, según la receptividad que se logre.

Veámoslo simplemente en el impulso que intentó dársele al Proyecto de Descentralización en Montevideo, de acuerdo a los lineamientos programáticos de 1989 y a su carácter estratégico.

Luego de 2 años de debate en la Comisión Mixta, pudo instrumentarse su aplicación y echarlo a andar. Durante ese tiempo, generó interés y entusiasmo fuera de los límites de la capital, además de intentos de promoción en determinados departamentos en los que los partidos tradicionales eran mayoría. Sin embargo al interior de nuestra fuerza política, constatado en la visitas hechas por CDI, no era tema en consideración.

Pero si analizamos mediante consulta de datos reales sobre el nivel de participación en Montevideo, soporte esencial de apoyo a un proyecto de carácter estratégico, no se obtuvo la respuesta esperada ante la iniciativa de una transferencia del poder político a la sociedad civil organizada.

En los diferentes eventos institucionales (exceptuando el primer Montevideo en Foro) realizados con fines educativos y de promoción de ciudadanía, era evidente el descaecimiento paulatino en el interés por actuar directamente en la formulación de planes de desarrollo local, coincidiendo con el vaciamiento de los Concejos Vecinales. ¿Cuántos Frenteamplistas nos hicimos eco para el impulso de nuestro propio proyecto? ¿Cuánto de interés particular y/o de compromiso político hubo en la actuación de los que se involucraron? Hasta donde uno conoce, nuestros parlamentarios particularmente diputados por Montevideo, no estuvieron en la conversación.

Tampoco fue tema de evaluación y seguimiento, tal vez y principalmente por información insuficiente, pero también y posiblemente por no ser materia de un proceso educativo en nuestra fuerza política. ¿Qué disposición tendremos ahora de fortalecer la instalación y desarrollo del nuevo desafío que significan los Municipios? De una u otra manera, esta relacionado con un problema comunicacional que no supimos resolver.

Se trata entonces de activar mecanismos de participación donde volcar, tanto la experiencia acumulada como las propuestas innovadoras que nos permitan desde una mejor perspectiva, definir el rumbo por el cual transitar por lo menos, durante una década.

No es ajena a ello, la formación personal necesaria para actuar en nombre de la fuerza política. Para ser agente trasmisor de las propuestas y recolector de las inquietudes que surgen desde la gente; para decidir criteriosamente y enriquecer el debate interno, para constituirse en relevo generacional y situarse a la vanguardia del proceso que impulsaremos; y en definitiva, para apropiarse del futuro consagratorio del Frente Amplio como única alternativa de cambios.

Reinstalar ámbitos de capacitación política y adiestramiento instrumental mediante ciclos de charlas y talleres;

  • una puesta a punto en el funcionamiento de las departamentales para la elaboración programática y la propuesta política, incidiendo también en las agrupaciones de gobierno, departamentales y locales;
  • requiriendo información de sus desempeños y brindando apoyos crecientes de acuerdo a resultados de gestión, organización y desarrollo político en el territorio correspondiente,
  • financiando en mayor medida la eficiencia sobre los actuales presupuestos básicos, sin soslayar las dificultades que sobrelleva la militancia en la disponibilidad de recursos, haciendo colectas para pagar los servicios públicos, impresos y propaganda sonora, cuando no por traslados de distinta índole; que se manifiestan en mayor medida en departamentos en que el delineamiento de centros poblados se establece sobre rutas nacionales.

Una agenda de actividades planificadas y jornadas de evaluación, servirán a los imprescindibles controles. A tales efectos, las comisiones centrales deberán asumir sus competencias en todo el territorio nacional para garantizar que se den los resultados esperados, sin excusas de no contar con los apoyos necesarios.

Todo lo expresado no surge de frotar la lámpara de la genialidad, sino de nuestros propios análisis y propuestas que como fuera señalado al inicio, se encuentran documentados en producciones hechas recientemente y solo se demanda la voluntad política para su aplicación, en los ritmos que la propia evolución de los acuerdos determinen.

Fraternalmente

Alberto Garateguy

CORRIENTE DE UNIDAD FRENTEAMPLISTA 9393

(Miembro del Plenario Nacional y del Plenario Departamental de Montevideo)

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